![]() A medida que las personas se suman a tu vida (familiares, amigos, compañeros) sus deseos, objetivos y metas se filtran en tu diario vivir. Estas relaciones influencian tu persona y crean estereotipos, buenos y malos. Por ejemplo, en familias tradicionales, si el padre es médico, su hijo y su nieto deberán ser médicos. Si esta fuera tu familia, podrías respetar o no esa tradición, pero cualquier decisión que tomes te haría sentir mal en algún punto. Si decidieras ser médico por la tradición familiar, quizás no sea lo que te haga completamente feliz. Si decidieras no serlo, sentirías que en un punto traicionaste a tu familia. Si todo tu entorno trabajó siempre en fábricas o bajo un jefe, no sería extraño que tengas que escuchar comentarios poco alentadores si decides por ejemplo, ser tu propio jefe y trabajar desde tu casa, viviendo de negocios por Internet. Seguramente te dirán que es imposible, que lo haces porque no quieres trabajar, que estás loco y quizás algunos pocos te apoyen. Otro ejemplo puede ser si tu pareja considera que lo mejor para la familia es un empleo “seguro”. Si logras su apoyo para montar un emprendimiento y algo no sale como esperaban, sentirás culpa por arrastrar a tu familia a esa situación. Poco a poco las metas y los estereotipos de los demás reducen tus objetivos y si comienzas a vivir por la opinión de todos los demás caerás en una prisión de preguntas y dudas. ¿Seré un buen empleado para mi jefe como para solicitar un ascenso?, ¿seré un buen padre como para poder asegurarle los estudios a mis hijos?. Entonces comienzas a esforzarte para tratar de cumplir las expectativas de todos. Un mejor carro, más dinero, más cuotas para adquirir objetos innecesarios, y sin darte cuenta, cambias tu libertad por la carrera de la rata. Trabajar pagar, trabajar pagar y no pensar. Quizás has sentido nuevas motivaciones, has querido probar un nuevo horizonte, una forma distinta de hacer las cosas, de ir contra la corriente. Si esto ha generado en tí un conflicto, déjame decirte, NO ESTÁS SOLO, es algo que en mayor o menor medida, en algún punto nos pasó a todos. Quiero mostrarte esta situación en una forma un poco más analítica. Este conflicto está formado por 3 componentes: 1) LO QUE DESEAS: Lograr realmente tu libertad financiera, romper con los “no se puede” y con el miedo a ser diferente, eliminar el miedo a intentar algo distinto, y el miedo a empezar de nuevo. 2) LO QUE DEBES: La sensación de “deber” permanente que te han inculcado, deber permanecer en un “empleo seguro” para ser incluido en la sociedad, y poder pagar tus cuentas. Deber seguir lo que hacen todos por tradición cultural. 3) LA REALIDAD: El contexto en el que vives. Quizás esta realidad nunca te brindó una educación financiera adecuadar. Este conflicto genera sentimientos contrarios, entre lo que deseas hacer, lo que supuestamente deberías hacer y la realidad en la que te encuentras. Pero en medio de este movimiento no debes perder de vista algo muy importante: Tu tienes la decisión y la libertad para elegir. Si quieres cumplir tus metras tendrás que empezar a tomar las decisiones y verte a ti mismo como un líder, es decir, liderar tu vida en general, en lo laboral, en tus proyectos, y en tus metas. “Deja de ser un espectador, comienza a ser protagonista” Empieza a elaborar tu propio camino, rompe con las dependencias. El ser humano tiene la capacidad de aprender permanentemente y de modificar sus comportamientos, sus hábitos. Tú puedes hacerlo. Verás que en un tiempo serás tú el que contagiarás a los demás y querrán seguirte. Hay una frase celebre de Robert Kiyosaki “Si no puedes tomar una decisión con firmeza, nunca aprenderás a ser rico” Referencia bibliográfica: Martin Omar http://www.libropadrericopadrepobre.com/se-libre-y-seras-rico.php#more-131
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