La clave está en planificar cómo invertir y en no gastar más allá de lo que generamos en ganancias. Equilibrio, algo fundamental. Si ha leído el libro Padre Rico, Padre Pobre seguro conoce sobre “la carrera de la rata”, que no es más que aquella situación en que los gastos tienden a crecer al mismo ritmo en que aumentan las ganancias: cuanta más se gana, más se gasta. En finanzas personales, es algo común. Para quien tenga esta práctica en la administración de sus finanzas, seguro experimentará que el dinero nunca rinde. Entonces, si nunca vamos a alcanzar libertad financiera, o al menos una estabilidad, ¿qué se puede hacer? Planificar. Muchas veces nos concentramos más en planes como comprar una casa, casarnos, tener hijos, adquirir un nuevo vehículo, o hacer un posgrado. Además solemos destinar nuestros ahorros o el dinero disponible a lujos o gastos innecesarios: cambiar de auto, un viaje, fiestas, ropa y otras tantas cosas. ¿Realmente alcanza el dinero para llevar un cierto estilo de vida? Allí es cuando debemos hablar de inteligencia financiera porque no podemos pasar la vida entera trabajando muchas horas y saturando las tarjetas de crédito o las líneas de préstamo. A eso le podemos llamar “hipotecar la vida”. En primer lugar, deberíamos estar conscientes de que podemos lograr nuestras metas sin comprometernos en malas deudas. Hay que trabajar inteligentemente para lograr la libertad financiera. Establezca prioridades La diferencia está en las prioridades. La planificación financiera empieza por concentrarse en adquirir activos. Ahorre, guarde dinero, gaste lo necesario. Suena chocante, ¿verdad? Limítese a lo necesario. Ninguna persona que se labró fortuna por si mismo se sintió menos que otro, por ahorrar, por ser previsivo. Aprovechó ese ahorro o capital para invertir en sus sueños o para construirlo. Véalo así, Steve Jobs trabajó duro mientras construía una marca, no andaba de viaje, ni gastando en lujos. Ojo con nuestros hábitos de compra Muchos tenemos malos hábitos de consumo. Revise sus cuentas, ¿en que gasta más? Hemos crecido con ciertos hábitos y a veces nos cuesta distinguirlos. Por eso es bueno revisar en qué gastamos y por qué. Solemos salir a distraernos y llegamos a casa con bolsas llenas de cualquier cosa: ¿realmente lo que compró es indispensable? ¿Le trae beneficios a largo plazo? Si la respuesta es no, empiece a detectar en qué gasta y a ahorrar ese dinero: piense en ello como “activo”. Planifique Trace un plan, describa claramente cuáles son sus metas y objetivos. Ya sean de vida o de empresa. Asígnele una programación con etapas, plazos y responsabilidades. Es similar a una bitácora, así que tendrá un rumbo que seguir. Únase a gente con quien pueda lograr respaldo, tanto a nivel de negocios como anímico, para que le apoyen en el proceso de cambiar sus hábitos. Por ejemplo, revise qué amistades le estimulan a gastar sin sentido. No se trata de que las abandone, solo que la próxima vez que salga con ellas, deje las tarjetas de crédito en casa. La responsabilidad está en sus manos. La disciplina es muy importante en este proceso. Recuerde que debe maximizar su tiempo, es también una forma de ahorrar y generar activos, pues necesita de su tiempo para poner en marcha sus propias metas y proyectos. El capital de inversión Hemos hablado de ahorrar para generar capital. Es cierto que a veces un proyecto nos requiere un monto mayor a lo que podamos ahorrar y seguro tendrá que recurrir a un préstamo. Debemos estar muy conscientes de cómo usarlo adecuadamente. Muchos empresarios pequeños cometen el error de usar ese capital prestado para dar grandes pasos en una recién creada empresa: la clave está en usar ese dinero para producir, no para gastar. Primero genere dinero. Veamos un ejemplo: si va a montar un negocio, use el préstamo para alquilar el local, poner a funcionar el negocio, crear su imagen, construir su web y redes sociales. Planifique bien todo aquello que necesita, por áreas que incluyan temas de producción, comercialización, publicidad y mercadeo. Recuerde que si nadie sabe de su empresa, no obtendrá los clientes necesarios. Olvídese de que una vez vea ganancias con sus productos o servicios, gaste en lujos, compras innecesarias o se vaya de vacaciones. Lo primero: pague ese préstamo, concéntrese en tener un estado financiero sano. Una vez que ya saldó ese préstamo inicial, ahorre capital, en poco tiempo, seguro estará disfrutando de sus ganancias, dándose esas merecidas vacaciones. Lo que debe recordar La libertad financiera le viene con esfuerzo, dedicación y motivación. Asesórese. En la universidad o en el colegio, la educación financiera nunca ha sido una prioridad. Existe literatura sobre el tema. Aprender de cómo otros lograron ser exitosos financieramente y aplicar esos consejos a nuestras empresas, proyectos e incluso en nuestras vidas, llevando el tema hasta los hogares, es la clave para disfrutar de una vida financiera con libertad y progreso. Referencia Bibliográfica: Community Networker http://communitynetworker.com
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